Los niños, niñas y adolescentes en el mundo y en el Perú, están viviendo en aislamiento en esta pandemia ocasionada por COVID-19, en algunos lugares de forma total y en otros, los estados está tomando medidas para suavizar la restricción, y permitirles que puedan salir unas horas a algún parque.
En el Perú podemos decir que 9 millones 652 mil niñas, niños y adolescentes, están confinados en casa (50,5%, o sea 4 millones 878 mil hombres y 49,5%, 4 millones 774 mil mujeres)1.
El aislamiento en el hogar puede afectar negativamente el bienestar, desarrollo y la protección de sus derechos. La Defensoría del Pueblo, junto con el Colectivo Interinstitucional por los Derechos de la Niñez y Adolescencia, hace un llamado a proteger los derechos a la salud, educación, participación, y prevenir la violencia, así como tomar medidas en la post cuarentena, desarrolla un conjunto de recomendaciones al gobierno central, regional y local.
En salud
Difundir y promover las medidas preventivas ya conocidas como el lavado de manos, cubrirse la boca al estornudar o toser, el distanciamiento físico entre personas. Considerar las necesidades específicas de cada población: indígenas, no indígenas, rurales, urbanos, personas con discapacidad, en las acciones de información y prevención.
Asegurar el acceso a vacunas y prevención de enfermedades, inmunizaciones, influenza, a recién nacidos y nacidas. Y estrategias para reducir el riesgo de enfermedades infecciosas como la polio, sarampión y brotes de pertusis (tos convulsiva). Atención a niñas, niños y adolescentes con discapacidad, o con otras enfermedades que necesiten continuar con la medicación y terapias. Y adolescentes que padecen trastornos de la salud mental o tengan tratamientos por abuso de sustancias.
Garantizar la alimentación, nutrición y salud, con la entrega de una subvención económica y canasta básica familiar. Incluir en el apoyo a la población migrante venezolana. Abastecer con alimentos a los centros de acogida residencial, y subsidios.
Mantener el control de crecimiento y desarrollo de niñas y niños, la suplementación alimentaria, provisión de micronutrientes y monitoreo de consumo de suplemento de hierro en menores. Continuidad de la atención y prevención de la anemia infantil. Garantizar los servicios de salud regulares. La atención a mujeres embarazadas, partos seguros y lactancia materna. Continuidad en la atención de la salud sexual y reproductiva a los y las adolescentes. Asegurar la ruta de atención en casos de violencia sexual y posibles embarazos. Asegurar el abastecimiento de agua segura y servicios de saneamiento.
Continuidad en el funcionamiento de los centros de salud mental comunitarios, e implementar brigadas itinerantes de apoyo a las niñas, niños y adolescentes en albergues. Soporte terapéutico, psicológico y acompañamiento a las familias, durante y después del aislamiento social. Considerar el apoyo a niñas, niños y adolescentes con autismo.
En educación
Asegurar que todas las niñas, niños y adolescentes tengan acceso a recursos educativos ofrecidos por el MINEDU. Incluir en los contenidos pedagógicos recursos para la contención emocional, autocuidado, prevención del COVID 19 y prevención de la violencia. Difundir los teléfonos de emergencia para casos de violencia. Incorporar orientación sobre la protección de la violencia cibernética y los peligros en internet.
Fomentar el cuidado compartido del hogar, con igualdad en la participación de hombres y mujeres. Atender las necesidades de juego y recreación.
Establecer protocolos para la prevención y monitoreo del contagio del COVID-19 en los centros educativos, de manera articulada con el MINSA. Garantizar las condiciones de infraestructura y condiciones sanitarias de los locales escolares, con servicio de agua y servicios higiénicos e insumos para el aseo (jabón y alcohol). Verificar las condiciones del inicio del año escolar y funcionamiento del programa Qali Warma. Incorporar acciones de reflexión, apoyo emocional y psicológico en las escuelas para que niños, niñas y adolescentes. Incluir acciones dirigidas a docentes, padres y madres.
Promover desde el currículo educativa, con miras al 2021, el aprendizaje de la resiliencia para adaptarse a situaciones nuevas y de emergencia, y cultivar la empatía y preocupación por el bien común.
Planificar el cierre de la brecha digital, el gradual acceso a internet y equipos de cómputo en todos los colegios públicos y capacitar al profesorado en habilidades para el uso de tecnología.
Prevención y protección frente a la violencia
Promover la integración y la comunicación asertiva entre padres, madres, personas cuidadoras. Así como la crianza positiva y buen trato en la vida cotidiana para combatir la violencia en la familia y la violencia de género, a través de la igualdad de género, las labores de cuidado del hogar y de los integrantes de la familia.
Incluir medidas para enfrentar los problemas de violencia y seguridad ciudadana. La violencia contra la niñez (violencia sexual, física, psicológica, trata de personas, explotación sexual).
Adecuación y activación de los servicios y rutas de atención y protección como los CEM, Demunas, comisarías, Unidades de Protección Especial (UPES), juzgados y fiscalías, así como fortalecer los Centros de Acogida Residencial para niñas, niños y adolescentes, albergues para mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad, en situación de abandono.
Informar y orientar a la comunidad sobre los servicios para denunciar casos de violencia física, psicológica y sexual, atención de situaciones de riesgo y desprotección familiar, las casas refugio para víctimas y los procedimientos que deben seguir para denunciar y pedir ayuda.
Difundir las líneas de emergencia: Línea 100 para casos de violencia, Línea 1810 para casos de riesgo y desprotección familiar, Línea 1818 para denunciar casos de trata de personas, Línea 105 de la PNP.
Opinión y participación
Garantizar el ejercicio del derecho a la participación y a la opinión de las niñas, niños y adolescentes en todos los espacios en los que se desenvuelve (escuela, familia y comunidad, centros de acogida residencial, centros juveniles, o instituciones educativas) sobre las decisiones que se decidan para la prevención y protección frente al virus. Ayudarlos para que puedan encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos, como el temor y la tristeza.
Fomentar la división de las tareas en el hogar con igualdad entre varones y mujeres, para evitar la sobrecarga de trabajo doméstico para las niñas y mujeres.
Recoger las percepciones de los niños, niñas y adolescentes sobre las repercusiones secundarias en sus vidas, en sus familias, en la escuela y sus planes a futuro, y hacerla conocer a las autoridades regionales y locales, de las escuelas y dirigentes de la comunidad para que tengan en cuenta sus necesidades en las políticas de respuesta a la emergencia.
Fortalecer el funcionamiento de los Consejos Consultivos de Niñas, Niños y Adolescentes y de los Municipios Escolares como espacios de propuestas en la gestión local y regional y de vigilancia que incluya el cumplimiento de acciones de prevención de enfermedades y protección a la niñez y adolescencia.
Fortalecer la participación comunitaria para el control social y la identificación de población que se encuentra en situación de vulnerabilidad y riesgo.
[1] Según estimaciones y proyecciones de población efectuadas por el INEI al 30 de junio de este año. Consultado http://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/peru-tiene-una-poblacion-de-9-millones-652-mil-ninas-ninos-y-adolescentes-al-primer-semestre-del-presente-ano-11909/
- Elaborado por: Susana Zapata