Entrevista
La discriminación ocurre en atención a distintos factores o motivos como la apariencia física, las costumbres, el sexo, el nivel socioeconómico, la orientación sexual, entre otros”, afirma María Lucia Mantilla Vera*, a propósito de la encuesta Percepciones y Actitudes sobre la Diversidad Cultural y Discriminación Étnico Racial”.
Lucia Mantilla Vera
Coméntenos ¿Cuáles son los resultados de la encuesta Percepciones y Actitudes sobre la Diversidad Cultural y Discriminación Étnico Racial, y su relación con la violencia?
En primer lugar, partamos del entendido de que la discriminación es una expresión de la violencia estructural de las sociedades. Siendo así, la Encuesta sobre Percepciones y Actitudes sobre la Diversidad Cultural y Discriminación Étnico Racial arroja que el 31% de peruanos manifiestan haber experimentado algún tipo de discriminación en espacios públicos y privados, durante el último año. Además, estos actos han ocurrido en instituciones públicas, principalmente en hospitales, comisarías y municipios. Finalmente, los encuestados señalan que el motivo de la discriminación fue por su nivel de ingresos, forma de hablar, vestimenta y rasgos físicos, como principales motivos encontrados. En suma, encontramos que la mayor cantidad de casos de discriminación ocurren por racismo. Según la encuesta, uno de cada tres peruanos ha sufrido discriminación, y el 53% cree que sus compatriotas son racistas. ¿Los resultados muestran diferencias por sexo? Sobre las experiencias de discriminación, podemos decir que ocurren con la misma frecuencia a hombres y mujeres; ya que la diferencia porcentual es apenas de 1.4. Sin embargo, sí encontramos diferencias en los espacios en los que ocurre la discriminación. Los hombres reportan una mayor cantidad experiencias de discriminación en hospitales, comisarías y municipios; mientras que las mujeres reportan mayor cantidad de experiencias de discriminación en supermercados, restaurantes o entidades financieras. Otra diferencia significativa está en la percepción del racismo. Mientras que el 48% de hombres considera que el Perú es racista; el 57% de mujeres lo considera así, son casi 10 puntos porcentuales por encima. Del mismo modo, el 30% de mujeres considera que los funcionarios que atienden en instituciones públicas son ‘muy racistas’, en comparación a un 23% de los hombres que piensan lo mismo. Podríamos decir que las mujeres ven con mayor gravedad el problema.
¿La discriminación racial afecta de manera diferente a hombres y a mujeres?
Por supuesto, en muchos casos las mujeres son discriminadas de manera simultánea por ser mujeres y por su identidad étnico-cultural. Esto ocurre porque la discriminación –como la violencia- se caracteriza por ser múltiple o interseccional. Esto significa que cuando una persona discrimina a otra, lo hace en atención a distintos factores o motivos que pueden ser la apariencia física, las costumbres, el sexo, el nivel socioeconómico, la orientación sexual, entre otros. Si bien nosotros hacemos el ejercicio de separar estas categorías; en la realidad operan de manera simultánea muchas veces. Esta simultaneidad agrava el fenómeno y aumenta la situación de vulnerabilidad de la víctima. Se dice que ser mujer y ser de raza indígena configura una mayor discriminación. ¿Qué nos puedes decir sobre esto? Ser mujer, de raza indígena, pobre, quechua hablante, y vivir en zona rural configura una mayor discriminación. Vivimos en una sociedad machista, racista, clasista, centralista; esto excluye y limita el ejercicio pleno de sus derechos a ciertas personas y grupos, donde unos se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad que otros; por tanto, necesitan ser atendidos con mayor urgencia por el Estado.
El caso del racismo hacia las mujeres indígenas es particularmente urgente atender en nuestro país porque los estereotipos racistas en los medios de comunicación hacia ellas son muy fuertes y persistentes. ‘La Paisana Jacinta’ es el caso más emblemático, pero también han existido otras como la Pánfila o la Chola Eduviges. Un estudio de Luis Alarcón de 2015 encuentra que estos personajes muestran un bajo nivel de instrucción, de conocimientos y de entendimiento. El estudio cualitativo se complementó con una encuesta a personas andinas de la sierra de La Libertad; donde más del 40% indicaron que el aspecto moral y físico de las mujeres andinas era mal reflejado en los programas de humor de la televisión. Desde el año 2014 el Ministerio de Cultura se viene pronunciando en contra del personaje de ‘La Paisana Jacinta’. El año pasado a solicitud de la 45° Fiscalía Provincial Penal de Lima, emitimos una opinión técnica sobre los efectos perjudiciales que tiene la representación de este personaje, así como la afectación al derecho a la igualdad y no discriminación y el principio de dignidad de las mujeres de origen andino. Ello en el marco de un proceso penal seguido por el delito de discriminación. Un ejemplo de la grave situación de vulnerabilidad que viven las mujeres de nuestro país, y sobre todo, las mujeres indígenas quechua hablantes de zonas rurales pobres fue el conflicto armado interno (1980-2000). Ellas fueron víctimas de violaciones sexuales, torturas para obtener información sobre sus familiares, reclutadas forzosamente, unidas forzosamente, y tuvieron que desplazarse haciéndose cargo de familias desmembradas. Como bien lo ha señalado la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), es necesario entender estos acontecimientos desde el racismo y el machismo prevalente en nuestro país. Como mencionan en su informe, lo que les ocurría a estas mujeres no era parte de la preocupación nacional.
¿Qué ocurre en el caso de las mujeres afrodescendiente?
Las mujeres afrodescendientes sufren una discriminación particular. Como lo ha encontrado Rocío Muñoz, existen estereotipos muy marcados hacia ellas, alimentados por la situación de sometimiento que sufrieron durante el periodo esclavista, caracterizado por el trabajo forzado, la violencia y el abuso sexual. De acuerdo al estudio (2010), a las mujeres afroperuanas, se les estereotipa con relación al trabajo doméstico identificándolas como lavanderas, cocineras o empleadas. Así mismo, se da un sobredimensionamiento de su sexualidad, vinculándolas a la “fogosidad” y “disponibilidad sexual”. Todo ello afecta su auto concepto y su relación con el propio cuerpo, que termina siendo de rechazo, en muchos casos. Así mismo, afecta la interacción social que viven las mujeres afrodescendientes con el resto de la población. Estos estereotipos afectan el desarrollo de las mujeres afrodescendientes en todos los ámbitos de la vida social. En nuestro ‘Diagnostico Situacional de Discriminación Étnico-Racial en el ámbito laboral’ se encontró que las mujeres afrodescendientes sufren muchas situaciones de hostigamiento y acoso sexual en sus centros de trabajo, por ejemplo.
¿Cómo se vincula la discriminación étnico-racial con la violencia familiar?
Cuando cruzamos datos sobre violencia familiar y auto-identificación étnica; vemos que efectivamente la variable étnica aumenta la vulnerabilidad de las mujeres. Por ejemplo, la ENDES 2016 mostraba que la violencia por parte de la pareja era mucho más recurrente en mujeres que se auto identificaron quechua (73%), aimara (72,1%) y afrodescendientes (72,5%); mientras que las mujeres blancas (64,4%) y mestizas (66,6%) lo registraban menos. Como frente a cualquier otro problema público, la violencia de género debe ser atendida con pertinencia cultural; es decir, tomando en cuenta y respetando la identidad étnico-cultural de las mujeres afectadas, su cosmovisión, valores y costumbres; de este modo la atención será de mejor calidad y tendrá mejores posibilidades de éxito.
Finalmente, ¿qué está realizando el Ministerio de Cultura en este tema?
Como te comentaba al inicio, nuestra encuesta arrojó que la mayoría de actos de discriminación ocurrieron en instituciones públicas. En ese sentido, venimos trabajando en dispositivos normativos, protocolos y programas de capacitación que pueda fortalecer la acción de los organismos públicos para prevenir y enfrentar actos racistas. De hecho, en agosto aprobamos los ‘Lineamientos para prevenir y sancionar el racismo y la discriminación en el Ministerio de Cultura’, esperamos que sea una medida modelo para otras entidades. *Coordinadora del proyecto “Videoteca de las Culturas” de la Dirección de Diversidad cultural y Eliminación Racial del Ministerio de Cultura.
- Elaborado por: Susana Zapata