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Impacto y consecuencia de la violencia contra las mujeres

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Según los datos del INEI y del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del MIMP, la violencia contra las mujeres es un problema latente en el Perú, sin embargo, todavía no conocemos la magnitud de sus consecuencias en nuestra sociedad. Debido a que los efectos de la violencia abarcan diversas dimensiones, es difícil identificar y calcular todos los costos posibles y pérdidas que ocasiona.

Por encargo del MIMP, el investigador Wilson Hernández realizó un estudio para medir el impacto de la violencia contra las mujeres en base a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). El objetivo del estudio fue evaluar el impacto en mujeres víctimas de violencia ejercida por el esposo o compañero sobre diversas variables de interés, como la salud, educación y trabajo.

En la primera parte, el investigador revisa los estudios relacionados al tema y clasifica el impacto de la violencia en tres grandes grupos: a) sobre los ingresos, b) sobre la salud física y mental de las mujeres víctimas, y c) sobre la salud de los hijos e hijas de mujeres víctimas.

En la segunda parte, encontramos una evaluación del costo de la violencia en la que el autor utiliza una técnica denominada emparejamiento estadístico el cual permite medir cuál es el impacto de la violencia a partir de la pregunta: ¿qué hubiera pasado si la mujer no hubiese sido víctima de violencia?

Impactos de la violencia contra las mujeres

  1. Impacto en los ingresos de las mujeres
    Díaz y Miranda (2010) señalan que la violencia contra la mujer tiene un costo expresado en varios indicadores económicos, le atribuyen una perdida promedio que varía ente 1,150 y 1,523 soles sobre los ingresos laborales por año. Este impacto equivale a recibir entre 1.5 y 2 remuneraciones mínimas menos por año. En Colombia la violencia hace perder el 70% de ingresos a las mujeres y las aleja del mercado laboral. El desempleo es 8% más alto en las mujeres de hogares con violencia.
    El efecto que tienen los ingresos sobre la violencia contra la mujer ha sido probado, en escenarios particulares como los programas de transferencia condicionada (por ejemplo el Programa Juntos). La mayoría de evaluaciones de impacto atribuye a estos  programas el efecto de reducir la violencia contra las mujeres. Un estudio en el Perú señala un 9% de reducción en violencia física y 11% de violencia económica, en poblaciones beneficiarias. Sin embargo, difícilmente estos programas podrán mantener su impacto si no se modifican otros factores que también influyen en las condiciones estructurales como el nivel de educación de la mujer, la diferencia de educación en la pareja, las dinámicas de poder en la relación, entre otros.
    Parece ser que es la continuidad del dinero en manos de la mujer la que garantiza el impacto. Programas de micro créditos dirigidos a mujeres, por ejemplo, han reducido a la mitad el riesgo de ser víctima de violencia luego de dos años de aplicado. En el Perú se calcula que cada año se pierde alrededor de 3.7% del PBI por efecto de la violencia hacia las mujeres. La relación entre violencia e ingresos parece clara.
  2. Impacto en la salud física y mental
    La violencia contra las mujeres impacta negativamente en varios indicadores de salud. Por ejemplo, tienen un 7% más de probabilidades de tener complicaciones durante el parto y un 4% más de contagio de enfermedades de transmisión sexual.
    Uno de los factores desencadenantes de la violencia es el consumo de alcohol de parte de los hombres, varios estudios señalan que la razón más común que según las mujeres desencadenan la violencia fue que su pareja estaba bajo los efectos del alcohol o de drogas. La relación entre violencia y alcohol ha sido también identificada en el sentido opuesto, es decir, cuando su consumo baja la violencia igualmente disminuye.
    La relación entre violencia y salud mental es directa. Más de la mitad de mujeres en situación de violencia en Paraguay, el Salvador, Nicaragua, Ecuador y Jamaica reportó tener ansiedad o angustia tan graves que no podían completar su trabajo o cumplir otras obligaciones. El 76% de mujeres víctimas indicó vivir con miedo constante, y entre el 64% y 68% señala tener miedo de sufrir más violencia. El efecto de la violencia sobre la depresión es fuerte, casi duplica la probabilidad de depresión en mujeres e incluso lo hace bajo condiciones particulares como la del embarazo.
  3. Impacto sobre la salud de los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia
    Se ha sugerido que la violencia se transmite de una generación a otra, el estudio tiene dos perspectivas en esta línea de investigación. La primera estudia el impacto mismo sobre las hijas e hijos en indicadores de salud y educación, y la segunda se focaliza en lo que se ha denominado la transferencia intergeneracional de la violencia.
    El impacto de la violencia contra las mujeres sobre la salud de los hijos probablemente se deba a la somatización de la tensión que absorben en el hogar. En Colombia detectaron un mayor número de enfermedades respiratorias, fiebre y enfermedades diarreicas agudas en niños con madres víctimas de violencia. Asimismo, detectaron que los niños cuyas madres fueron violentadas por su pareja tienen no solo un mayor retraso escolar sino también una menor asistencia a clases.
    De otro lado, se produce lo que se conoce como la trasferencia intergeneracional de la violencia, es decir, la propensión en las mujeres en situación de pareja a ser víctimas de violencia cuando sus madres también lo han sido.
    En el Perú,  haber sido agredida en el hogar o testigo de maltrato entre sus padres aumenta la probabilidad de una mujer entre 12% y 15% de ser maltratada por su pareja, especialmente con agresiones físicas. Las mujeres de hogares en los que la madre era agredida por el padre tienen un 66% de probabilidad de sufrir algún tipo de violencia de parte de su pareja, en tanto que las de hogares sin violencia solo tienen una probabilidad de 38%.
    Las causas de la violencia contra las mujeres son diversas, no están centralizadas en determinadas características de la mujer o del hombre sino que varían en diversos aspectos sociales y económicos, ahí radica su complejidad y la dificultad para reducirla.

Estudio de Impacto de la violencia contra la mujer en el Perú

El  mayor impacto sobre la mujer violentada se registra en su salud mental. La ENDES incluye una batería de preguntas para medir lo que llama deseabilidad social y depresión. La deseabilidad recoge diversos aspectos psicológicos que miden si la mujer busca presentarse de forma más valorada socialmente, tiene 10 preguntas.

El índice de depresión incluye depresión reciente (últimos 14 días) y depresión de corto plazo (últimos 12 meses), con 9 preguntas. El impacto de la violencia contra las mujeres aumenta en 13% su falta de deseabilidad social y en 31% la depresión reciente frente al grupo de mujeres que no sufrieron violencia.

El resultado sugiere que la violencia daña la imagen propia de la mujer (deseabilidad social) pero genera costos mayores y más amplios en la forma en que la mujer se interrelaciona con sus redes familiares, amicales, laborales y en general con los otros.Es este el mecanismo que propicia distanciamiento, aislamiento, pérdida de oportunidades, entre otros.

Impacto de la violencia contra la mujer sobre indicadores detallados de deseabilidad social

Impacto de la violencia contra la mujer sobre indicadores detallados de depresión reciente

Los resultados identifican que la violencia aumenta en un 35% la proporción de mujeres que justifica la violencia contra su propio género.

Respecto al deterioro de la salud, la violencia contra las mujeres se convierte en un factor de riesgo a tomar en cuenta, se halló un impacto sobre la diabetes en mujeres pobres y no pobres, así como en mujeres con distinto nivel de estudios.

Existe un impacto de la violencia que apunta a la existencia de una relación causal entre violencia y embarazos interrumpidos que, en otras palabras, significa que la violencia genera un aumento del 26% en embarazos que no llegan a su fin.

Se preguntaron por varias formas de terminación del embarazo que aluden a causas que pueden estar ligadas a una agresión del hombre (aborto forzado), a la decisión de no tenerlo (decisión autónoma de aborto), a un mal cuidado prenatal (pérdida o nacimiento del bebé sin vida) o alguna complicación en la salud de la madre o de la gestante que obligara a interrumpir el embarazo o a la muerte en gestación del mismo.

El impacto en el uso del castigo físico de corto plazo (coyuntural) y en la percepción de la necesidad de usarlo en el largo plazo (estructural) para la crianza de los hijos. Hay un impacto significativo de la violencia sobre el porcentaje de familias que ejerció castigo físico sobre alguno de sus hijos/as durante el último mes, la violencia impacta en un aumento de 18% en el castigo físico sobre las hijas e hijos.

No obstante, el efecto que crea la violencia no es solo coyuntural. Haber sido víctima de violencia modifica la estructura de uso del castigo físico aumentando en un 19% la percepción de su necesidad para educar a los hijos, aumentando así la probabilidad que la violencia sea transferida de generación en generación.

El impacto de la violencia contra la mujer cubre varios ámbitos, varios de los cuales evidencian que no se trata de efectos puntuales, sino de impactos que a su vez van afectando otras variables. La dinámica de la violencia contra la mujer no acaba en el propio daño físico o psicológico, de ahí que sea necesario considerarla como una vulneración de derechos múltiples y una afectación a la salud pública.

Impacto de la violencia sobre la salud de hijas e hijos

El impacto de la violencia contra la mujer va mucho más allá del uso del castigo físico como forma de educación hacia sus hijos e hijas. Los resultados obtenidos muestran que la violencia impacta en indicadores de nutrición y cuidado pre y post natal.

La violencia ejerce un impacto temprano sobre los niños y niñas desde la lactancia. La violencia sobre la madre reduce en 14% el número de veces que alimenta a su hijo/a durante la noche, haciendo que pase de 5.42 tomas a 4.68. El impacto es mayor en las mujeres no pobres, así como en las que tienen secundaria o más o estudios superiores.

En niñas y niños de 0 a 2 años con madres violentadas hay una mayor frecuencia de episodios de fiebre, diarrea y tos, se hallaron evidencias sobre la persistencia de estos síntomas a lo largo de la infancia en niños y niñas con madres que sufren de violencia. Los investigadores sugieren que la relación entre la violencia en madres y episodios de fiebre, tos, diarrea y respiración rápida en las 2 semanas previas al hecho de agresión se debe al mayor estrés al que están sujetas las mujeres lactantes en situación de violencia.

Se encontró que las madres que sufren violencia retrasan los controles de salud de sus niños/as (pero no las pierden) y por tanto retrasan las vacunas. La talla al nacer no está afectada por la violencia contra las mujeres, pero sí afecta en la percepción que tuvo la madre sobre el tamaño de su hija o hijo al nacer.

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