Introducción
En Perú, 1 millón 575 mil 402 personas presentan alguna discapacidad de las cuales 754 671 son hombres y 820 731 son mujeres, lo que significa que el 52 % de las personas con discapacidad son mujeres (ENEDIS, INEI, 2012).
Si bien es cierto, hay avances con relación a los derechos de las personas con discapacidad, la brecha sigue siendo amplia y muestra desigualdades en el acceso a los recursos y a la participación activa de las mujeres y los hombres en la sociedad que presentan esta condición.
La discapacidad no es un problema individual, es un fenómeno social, que se agrava debido a una cultura de discriminación, a la falta de políticas y de recursos, que no facilitan la participación e inclusión en el desarrollo del país de las personas que presentan discapacidad.
En el caso particular de las mujeres con discapacidad, destaca la falta de oportunidades laborales y condiciones educativas inclusivas.
La reclusión en las actividades domésticas afecta tanto a las mujeres con algún tipo de discapacidad, como a las que tienen familiares en dicha condición, debido a que la totalidad de las labores de cuidado recaen sobre ellas. De esta manera, se afianzan los roles de género impuestos a las mujeres, que además se ejercen en condiciones de subordinación y precariedad.
Mujeres, discapacidad y educación
La educación es un componente clave para el desarrollo cuyo acceso está condicionado por las oportunidades disponibles. Las personas con discapacidad la tienen difícil en ese aspecto; pues el grueso de ellas se concentran entre las que han alcanzado la educación primaria (ENEDIS, 2012). Se suma a esto, las brechas de género, puesto que del total de personas con discapacidad el 29 % de mujeres nunca fueron a la escuela frente al 15 % de hombres. Como se puede ver en el cuadro adjunto, la brecha de acceso a la educación se acorta en el nivel inicial y primaria, sin embargo, se extiende en el nivel secundaria, donde solo el 19 % de las mujeres con algún tipo de discapacidad acceden al colegio frente al 26% de hombres.
Personas con discapacidad según sexo y nivel educativo alcanzado a nivel nacional

Estas cifras son más preocupantes en el área rural, donde el 57 % de las mujeres no cuenta con ningún nivel educativo y solo el 33 % de mujeres que viven en el medio rural estudió la primaria
Personas con discapacidad en el medio rural según sexo y nivel educativo alcanzado a nivel nacional

Mujeres, discapacidad y empleo
Los bajos niveles de educación de las personas con discapacidad que nos muestra la ENEDIS (2012) constituyen un importante factor que le impide el acceso a un empleo. Según la citada encuesta, de 1 millón 575 mil 402 personas que presentan alguna discapacidad, el 76.8 % están fuera del mercado de trabajo y únicamente el 21.7% pertenece a la población económicamente activa.
Fuente: Encuesta Especializada en Discapacidad. INEI, 2012.
Este mismo informe, evidencia también una brecha por género en el acceso al empleo, al mostrar un mayor porcentaje de varones (26,1%) que de mujeres (12,8%) formar parte de la población que contaba con un empleo. Así también, es de destacar, que el 83.7% de las mujer forma parte de la población no económicamente activa, es decir, que no tiene empleo o que ya no lo busca.
Se considera, por lo tanto, que toda política orientada a promover oportunidades de empleo a esta población debe estar en estrecha relación con el cierre de brecha educativa y la de género.
Las cifras sobre el nivel educativo de las mujeres con algún tipo de discapacidad no hacen sino evidenciar la urgencia de mejorar su calificación laboral para favorecer su inclusión en el mercado de trabajo. En este sentido, es necesario promover políticas públicas con un enfoque de género que favorezcan el acceso a la educación y empleo.
Mujeres, discapacidad y violencia
Los datos presentados en educación y en empleo muestran un tipo de violencia encubierta que afecta a las mujeres con discapacidad y que no termina de develarse. Sin embargo, hay una violencia evidente que se viene registrando en los Centros Emergencia Mujer.
Entre enero y marzo del presente año, en el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual (PNCVFS) registró 29 287 casos de violencia psicológica, física, sexual y económica atendidos a nivel nacional, de los cuales 409 corresponden a personas con algún tipo de discapacidad, de las que el 71 % fueron mujeres y el 29 % fueron hombres.
Personas con discapacidad atendidas en los CEM que han sufrido violencia según sexo a nivel nacional, 2018

La mayor parte de las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia tienen entre 18 y 59 años, mientras que en el caso de los hombres la mayor parte son adultos mayores de 60 a más años.
Personas con discapacidad atendidas en los CEM que han sufrido violencia según grupos de edad a nivel nacional, 2018
Fuente: Registro de casos de los CEM del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual -MIMP, (Enero-Marzo 2018.)
Así mismo, desde el 2015 hasta marzo de 2018 en los CEM atendieron 785 casos de tentativa de feminicidio a nivel nacional, de los cuales 11 corresponden a mujeres con discapacidad.
Cabe señalar que ejercer violencia contra una persona con discapacidad es un agravante para el sistema jurídico peruano que conllevaría a una pena de 8 años por delitos graves hasta a 15 años de prisión.
La discapacidad no es un problema social, sino las condiciones que la hacen intolerable. Con políticas inclusivas y de protección podemos tener una sociedad inclusiva para todas las personas.
En el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, se trabaja para dar visibilidad a este problema en el Consejo Nacional para la Integración de las Personas con Discapacidad (CONADIS) y en las regiones en coordinación con las Oficinas Municipal de Atención a la Persona con Discapacidad (OMAPED).